EL POZO
SALVAJE
Por más
que aburras esa melodía
monótona
y brumosa de la vida diaria,
y que
te amansa;
por más
lobo sin dientes que te creas;
por más
sabiduría y experiencia y paz de espíritu;
por más
orden con que hayas decorado las paredes,
por más
edad que la edad te haya dado,
por
muchas otras vidas que los libros te alcancen,
y añade
lo que quieras a esta lista,
hay un
pozo salvaje al fondo de ti mismo,
un
lugar que es tan tuyo como tu propia muerte.
Es de
piedra y de noche, y de fuego y de lágrimas.
En sus
aguas dudosas
reposa
desde siempre lo que no está dormido,
un
remoto lugar donde se fraguan
las
abominaciones y los sueños,
la
traición y los crímenes.
Es el
pozo de lo que eres capaz
y en él
duermen reptiles, y un fulgor
y una
profunda espera.
Es tu
rostro también, y tú eres ese pozo.
Ya sé
que lo sabías. Por lo tanto,
acepta,
brinda y bebe.
Carlos
Marzal, Los países nocturnos
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