30 mar 2017

La realidad paralela



Contemplo un mar en calma. Debe de ser al amanecer... tal vez no, tal vez esté anocheciendo. Tras recorrer algunos callejones muy estrechos vestidos con piedras antiguas y niebla densa, llego a ese horizonte inmenso que detiene mis pasos. Observo el infinito tras la línea del agua, y una paz inusitada recorre mi piel. Es un ahora impreciso, también un lugar que podría ser una Venecia desierta o una ciudad con mar llena de historia o un escenario de Tarkovski. Decido avanzar despacio, recorro la orilla sintiendo cada paso que doy, controlando cada inspiración y expiración, haciendo que entre en mí tanto aire y tanta belleza. Llego a un recodo donde me interno en un templo en ruinas. Me he sumergido en la vieja Roma, aquella del Foro que cuenta de dónde venimos y lo que somos. Sé que estoy asistiendo a un sueño. Cuando soy consciente,  no dejo de pensar que a veces es más real la realidad parelela que la que habitamos llamándonos despiertos.

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