31 dic 2009

De esta forma tan apetecible...




De esta forma tan de mi lugar, tan deliciosa...

De esta forma, mis mejores deseos...







Como despedida a este 2009, una luz que desaparece en el horizonte. Podréis verla pinchando sobre la huella del asterisco, un signo lleno de poesía.



14 dic 2009

Aquel blanco de hoy




En días como éstos yo fui una vez joven.
Miraba la ventana contemplando asombrada
aquella magia blanca que caía del cielo.
No hubo allí otro tiempo, no fui entonces dueña
del calor de la lumbre que llenaba la estancia
ni de mi madre ajena a cuanto acontecía
partiendo las almendras de dulces navideños.
Era grande el misterio, era inmensa la dicha:
salíamos a la calle, hacíamos el muñeco.
Aún hoy puedo contemplar mis viejos guantes rojos
cubriendo nuestro juego, adornando la estampa.


Hoy, como entonces, siento que todo se me escapa,
que otros callan en sus labios la llave de mi luz.
Sé que mi tiempo ha huido, que mis guantes perdidos
ya no cubrirán el frío de este día gris.
La inocencia de entonces se perdió para siempre.
Sin embargo conservo el fuego de la lumbre
pegado aquí a mis huesos, y mi madre me llama,
y me dice que hay migas, y que regrese pronto.


Puede que la vida sea más o menos así:
la nieve que habitaba la casa de la infancia
o un abismo vacío de esta casa de adulto.
Entre risas y lágrimas,
entre claros y oscuros,
pasan,
lentos,
los días.

11 dic 2009

De idas y vueltas para ser o no ser



EL VIAJERO


Se viaja siempre contra tu país,
de ti mismo a un lugar donde ser otro
que ya no te recuerde,
ni quiera regresar.

Pero dónde hay un mundo más allá del pasado,
para escapar de ti.

El que se marcha aprende a olvidar los caminos.
Quien se queda, renuncia a la aventura de irse
y al sueño de volver.

Pero de qué le sirve la distancia
al hombre que no olvida,
el que está condenado a que su rostro
se pueda reflejar a la vez en dos ríos.

Con la tristeza del que se detiene
para dejar pasar de largo sus deseos;
con la esperanza intacta
del que aún
no sabe dónde va ni a quién espera,

me despedí de ti,
bajé a la calle,
puse el pie en una tierra en la que no existías,

donde mi sombra no era el eje de lo oscuro,
donde tus ojos no eran los dueños de la luz.

Nunca he ido más lejos que al dejarte marchar.



Benjamín Prado





Los viajes más intensos se hacen sin movimiento; a veces, sin querer ni siquiera moverse.


Un poco de música, con Dire Straits



4 dic 2009

Y más la piedra dura porque ésa ya no siente...

























Hace un par de fines de semana, paseando por el parque de El Retiro entre el bullicio de la gente, un chico hacía esta pompa de jabón que quería ascender hasta tocar el cielo. Nunca lo llegó a alcanzar: las manos de la gente la vapulearon con tanta fuerza que la pompa, frágil, hecha de silencio y de aire, fabricada de un soplo oculto desde lo hondo del pecho, no tuvo más salida que difuminarse en minúsculas gotas al contacto con la realidad. Era demasiado hermosa para volar tan alto.



Miré al suelo y entonces la vi: era la hoja seca de antaño. Los caminos marchitos vuelven a transitarnos. Pero aquel domingo aún estaba reverdecida en su centro.



1 dic 2009

Sin título (I)



“Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño”.

Mark Twain



Voluntad: será éste el concepto que, probablemente, se ubique en el centro de la motivación y del éxito. Y si la meta es alta, mayor dosis tendremos que poner.

Si, como dicen, el amor mueve el mundo (y lo comparto), entonces la voluntad lo sostiene para que no se desplome al abismo de la derrota perpetua e insalvable.

A veces creo que canturrear una y otra vez ese cansino mea culpa no es más que una manera de autoflagelación hueca, porque de forma casi consciente intuimos que el fracaso sólo se debe a un ahorro de esfuerzo, o de fuerza (que siempre tenemos si realmente queremos sacarla).

Soy débil, por eso sigo fumando…y seguiré. Por eso no termino de redactar mi tesis de viajes interminable... Lo asumo y lo afronto. Con voluntad. Como otras tantas cosas que tal vez sean más hondas que los pulmones.

***

Se me ha desviado la pluma hacia un tono demasiado serio y no era mi intención, así que voy a terminar este post con unos cuantos epitafios extraídos de la joya de libro que adquirí la semana pasada y casi por casualidad (de esas veces que es él quien te elige a ti, o te espera en aquel rincón de la estantería de la pequeña cafetería donde se encontraba para que llegues tú, lo halles, lo compres, lo metas en la maleta y al llegar a casa aparezca como un manojo de sorpresas), un libro que me está deparando momentos muy divertidos: Guía de tumbas y cementerios de casi todo el mundo. Si es que… hay guías para todo.

- Epitafios:

“Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando”

“Ya estás en el paraíso. Y yo también”.

“Aquí yace mi mujer, fría como siempre”.

“Aquí yace mi marido, al fin rígido”.

“Aquí te espero”.

¡Para morirse de risa! Nunca mejor dicho.