Hoy se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Hernández.
En esta efeméride quiero cantar el verso que me agitó estrepitosamente el alma literaria que me habita: descubrí , camino de su casa en Orihuela, al poeta.
No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.
Besarte fue besar un avispero
que me clava al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero.
No me conformo, no: ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.
Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.
Miguel Hernández, El rayo que no cesa
Miguel Hernández nació para que quienes amamos la poesía y a los poetas nos aferremos a sus palabras de hombre y subamos a las más altas cumbres de la literatura hecha música para el aire, voz para el pueblo, susurro de palabras al oído para los amantes.
Y la música, de entre todas las posibles, una llena de esperanza:
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