Así comienza La colmena, esa novela de un Nobel que rozó los albores de mi juventud en las aulas de lo que entonces se llamaba COU (Curso de Orientación Universitaria). Y eso es lo que yo he pensado muchas veces en estos últimos tiempos a propósito del estado actual de la enseñanza de la lengua en los institutos nacionales, y lo que hoy mismo he atisbado en las palabras del máximo representante de la Academia Española de la Lengua, Víctor García de la Concha, en una entrevista concedida a El País:
¿Qué ha fallado en España? Las humanidades retroceden en la educación. ¿El Gobierno no escucha a la Academia? Nosotros insistimos cada día. Los chicos que llegan hoy a la Universidad tienen una preparación lingüística muy inferior a los anteriores.
¿Por qué? Tal vez porque hemos atiborrado durante años las mentes de los muchachos con análisis gramaticales complejos. Hay que volver a lo básico: a enseñar a leer y a escribir, a leer en voz alta, a recitar, a discursear. Es lo que nos enseñaron a nosotros en la escuela. La ortografía que yo sé es la que aprendí a los 10 años. Para hacer el bachillerato había un examen de ingreso y con más de tres faltas de ortografía se suspendía.
¿Por qué? Tal vez porque hemos atiborrado durante años las mentes de los muchachos con análisis gramaticales complejos. Hay que volver a lo básico: a enseñar a leer y a escribir, a leer en voz alta, a recitar, a discursear. Es lo que nos enseñaron a nosotros en la escuela. La ortografía que yo sé es la que aprendí a los 10 años. Para hacer el bachillerato había un examen de ingreso y con más de tres faltas de ortografía se suspendía.
Reflexionen, o reflexionemos todos. Lo dice una autoridad.
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