8 dic 2011

En el día de hoy




Con sol, con paseo por el monte, con poesía entre las manos, con armonía y paz. La naturaleza en perfecta simbiosis con el ser que nos forma, con quien nos rodea, con lo que observamos y con el mundo que construimos.
Entre los dedos, Paisaje con grano de arena de Wislawa Szymborska, y pasear con sus palabras alzando el vuelo en plena montaña; adentrándonos en la poesía, que es música, como merece: en alta voz. Y la flecha lanzada, reverdecido el pino, la vida naciendo entre los resquicios del suelo humedecido, la sonrisa cincelada en los labios, la esperanza ciega en el mañana y, más aún, en el día de hoy que nos nombra.






EL FLECHAZO

Ambos están convencidos
de que el súbito amor les unió.
Tan firme seguridad es bella,
pero aún más bella es la inseguridad.

Creen que, si antes no se conocían,
nada pudo haber existido entre ellos.
¿Qué dirían las calles, las escaleras y los pasillos
donde quizá tantas veces se cruzaron?

Desearía preguntarles
si no lo recuerdan.
¿Acaso algún día cara a cara
en una puerta giratoria?,
¿un «disculpe»entre la multitud?,
¿un «se equivoca» al otro lado del teléfono?
Pero sé su respuesta.
No, no lo recuerdan.

Los sorprendería
que el azar llevara tiempo
jugando con ellos.

Aún no por completo listo
para convertirse en destino,
se les acercaba y se iba,
les atajaba el camino
y, ahogando una carcajada,
de un brinco se apartaba.

Hubo signos, presagios,
qué importa si ilegibles.
¿Hace unos tres años,
o el pasado martes,
una hojita voló
de un hombro al otro?
Hubo algo perdido y después recuperado.
Quién sabe, ¿no fue la pelota
en los arbustos de la infancia?

Hubo timbres y picaportes
donde, antes de llegar la hora,
la huella de una mano en otra se imprimió.
Dos maletas juntas en una consigna.
Quizá un mismo sueño, una misma noche,
diluido en brumas por la mañana al despertar.

Porque no hay comienzo
que continuación no sea,
y el libro del acontecer
está siempre abierto por la mitad.

Wisława Szymborska, Paisaje con grano de arena.

La música es de Albioni: Adagio in G menor, una buena banda sonora para ver caer la tarde.

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