15 ene 2014

Esta sombra sutil entre la luz



[Imagen tomada de  
http://al-tren.blogspot.com.es/2011/05/negras-sombras.html]


El año nuevo ha llegado cargado de buenas noticias y giros vitales que hacen rodar el mundo flotando, brotan las cotidianeidades que agradeces porque descubres que son anclajes a la paz que siempre buscaste, aparecen efímeras ilusiones que le ponen la sal al día a día, se resuelven trámites burocráticos sin grandes esfuerzos... 
En todo ello vuelo desde hace casi un mes con una sonrisa por firma y un optimismo desacostumbrado. Pero resulta que hoy, al llegar a casa, se ha extendido una sutil sombra en mí. Acostumbro a escuchar un debate político mientras cocino (lo utilizo como excusa para bajarme de las nubes y pisar el suelo). Estaba preparando unos spagetti alla putanesca acompañados de pan de ajo, receta de Jamie Oliver. Además he pensado que, como postre, haría un bizcocho de chocolate (esta vez con receta de mi amiga Mariana) y que ha salido, por cierto, muy rico. Total... que andaba entre aceitunas negras, anchoas, tápenas, tomates, ajos, pan, horno, sartenes, bol, azúcar, sal, chocolate, levadura, etc., cuando escucho, de pronto, la noticia de la muerte de Juan Gelman. Y me ha asaltado una tristeza repentina, de esas que uno tiene cuando siente que se despide de este aire alguien a quien ha sentido cercano durante mucho tiempo (algo similar a lo que me ocurrió cuando murió Saramago, José Luis Sampedro...). No sabría decir muy bien el motivo, pero he leído los poemas de Gelman, también algún libro ya descatalogado, y siempre ha habido algo, una palabra al menos, que me ha conmovido. He pasado ciertas noches de insomnio con él. Y hoy tenía que traer a mis halos su luz inconfundible:

basta no quiero más de muerte
no quiero más de dolor o sombras basta
mi corazón es espléndido como una palabra
mi corazón se ha vuelto bello como el sol
que sale vuela canta mi corazón
es de temprano un pajarito
y después es tu nombre
tu nombre sube todas las mañanas
calienta el mundo y se pone
solo en mi corazón
sol en mi corazón

***

Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres por la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.


Juan Gelman

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