6 jun 2018

Luces en la sombra

Paisaje desde mi ventana (06-06-18)


A veces surge la luz en medio de la oscuridad: es lo que ha sucedido hoy. El trabajo tiene estas cosas: que cuando los días se tornan grises porque el ambiente se oscurece a tu alrededor, de pronto, vienen a visitarte a tu centro dos poetas y un periodista y escritor de literatura de viajes. Y ellos, los tres, representan, al menos para mí, un espejo en el que todos deberíamos mirarnos: alcanzan la gran literatura, escriben más allá del mundo que se ve, encuentran lo extraordinario en la observación del paisaje y del alma humanos, y lo cuentan embellecido con el lenguaje a medida. No conocía, hasta hoy, a María Teresa Cervantes. De ella me gusta la herida punzante de algunos destellos que emanan de sus versos: "soy mujer, mis ojos me denuncian". De su persona, me quedo con la locuacidad, la simpatía, la vida. A Francisco Sánchez Bautista me une una relación con su poesía y su persona muy especial: aprobé mi oposición por aquel soneto maravilloso que comienza con "Otoño es el zorzal" y que termina con ese magnífico endecasílabo: "que me hace la tristeza inoportuna". ¡Cuántas veces habré rememorado ese verso en mi interior, sintiendo, como él escribía, que hay una tristeza que en ocasiones llega de no se sabe dónde ni por qué pero que se toca, que pesa, que va cargada de uno mismo! ¡Y cuántas veces habré agradecido a la vida la fortuna de compartir un café, una tarde, una comida con Paco y con su mujer, que ya no está aunque sigue estando! Son la humildad, y al mismo tiempo, la Verdad del género humano que escasea en este mundo. Dice el poeta, Paco, que lo que falta hoy en día es Humanismo. Y sientes que cada palabra suya viene cargada de una sabiduría silenciosa, de la reflexión profunda y honda, de la Cultura. Y te sabes afortunada de vivirlo. 
A Manuel Madrid lo he conocido este curso. Ya compartió con mis alumnos una mañana emotiva, en la que les habló de qué es hoy el periodismo y qué significa desear algo en la vida. Pero yo tenía ganas de conocerlo por su narrativa de viajes. Es un hombre con una sensibilidad exquisita, que tiene esa educación de la mirada para ir más lejos de lo que cualquiera alcanza a ver en los paisajes que habita, porque no los recorre, los vive. Y además lo canta con sutileza. Su prosa es delicada, sugerente, hermosa. Y cuando lo conocí, lo admiré más aún: es, como Paco, un hombre humilde, casi tímido, diría yo. 
Reconforta vivir días como el de hoy: entre la negrura de una cotidianidad que, por momentos, resulta desagradable, sentir que existe gente como ellos pone un toque de color y, ¡qué voy a decir! No todo está perdido, por fortuna. 
Para finalizar, la imagen que cierra la tarde: paisaje desde mi ventana, con el que abro este post. Me ha dado la clave para interpretar lo que hoy he vivido: la esperanza y la magia. 


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