11 jun 2018

Para mi ilustre amiga y excelente profesora



Así comienza su dedicatoria a mi  preciado ejemplar de sus Poesías completas un ilustre, él sí, poeta; y una excelente, él sí, persona: mi amigo -qué honor poder llamarlo así- Francisco Sánchez Bautista.   Hoy cumple 93 años, y la vida me ha regalado conocerlo y compartir con él algunos momentos que tengo erigidos en mi pedestal de encuentros memorables, porque de él, de Paco, como le gusta hacerse llamar, siempre se aprende. He tenido la misma sensación cada vez que me he despedido de él: que soy mejor persona tras su presencia que antes. Representa los valores de los que esta sociedad carece por sus cuatro costados: la honestidad, el silencio, el estudio riguroso, el Humanismo (que hace poco reivindicaba ante más de 120 alumnos), el amor a los libros (en papel), el culto a la educación y los orígenes del hombre mismo, el arraigo a la naturaleza, el canto a la lengua que nos nombra y nos cifra, la pintura de la magia. Porque él va más allá de la realidad que vemos, crea unas Memorias de la Arcadia a la par de los clásicos; le da un halo de magia al otoño, que le hace la tristeza inoportuna; a las Tierras de España: campos / yermos donde la vida se soporta / a duras penas; a todos esos hombres que ejercen el milagro de una huerta que alimenta porque ellos Son la arcilla más noble; al Pato Espátula (también llamado Cuchareta) y la Calandria, que emula las grandes fábulas con el tono jocoso que aún hoy, a sus 93 años, se desliza con mirada cómplice cuando lo rememora en la silueta de su sonrisa. 
Paco, Don Francisco Sánchez Bautista, es uno de los grandes, pero él lo vive desde la prudencia: es dado a la amistad sincera, a las cartas manuscritas sin pantallas de por medio, a la conversación sin prisas, a la vida que enlaza con las raíces del ser humano, a la verdad.
Felicidades, poeta: que pases un día con la serena felicidad que nos regala tu presencia. 


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