5 feb 2012

Wislawa Szymborska


Un hermoso poema de Szymborska a modo de homenaje póstumo desde este halo dominical, desde la tarde gris y fría.


UTOPÍA

La isla donde todo tiene explicación.

Aquí se alegan pruebas irrebatibles.

Sólo hay vías de acceso.

Los matojos ceden bajo el peso de las respuestas.

Crece aquí el árbol de la Hipótesis Válida
con sus desde siempre desenmarañadas ramas.

Junto al manantial de Así Son las Cosas
se eleva luminoso el árbol de la Comprensión.

Cuanto más te adentras en el bosque, más vasto se abre
el Valle de la Evidencia.

Si alguna duda subsiste, la disipa el viento.

El eco toma la palabra sin ser llamado
y solícito descifra los arcanos de los mundos.

A la derecha, una gruta donde yace el Significado.

A la izquierda, el lado de las Convicciones Profundas.
Del fondo emerge, ingrávida, a la superficie la Verdad.

La seguridad inquebrantable domina el valle.
Desde su cima se contempla la Esencia de las Cosas.

Pese a tanto deleite, la isla está siempre desierta
y las huellas de pasos que surcan la orilla
se dirigen sin excepción al mar.

Como si lo propio del lugar fuera partir
y para no volver sumergirse en la vorágine.

En la vida inconcebible.

Wislawa Szymborska, Paisaje con grano de arena.


Su Paisaje con grano de arena llegó a mis manos en un momento en el que en mi viaje personal reinaba la vorágine de la vida, digamos que navegaba hacia los surcos pedregosos de un mar sin fondo.

Llegué a ella como siempre he llegado a todos los poetas que me han calado: por casualidad. Y la viví en noches sin fin, leyendo cada verso y adentrándome en su universo sutil y pausado, entregándome a los significados de “La mujer de Lot” mientras de reojo andaba “Bajo un solo lucero” pidiendo con ella perdón a las heridas abiertas o la esperanza acosada; queriendo creer en su “Autotomía” y en que el abismo no nos escinde, o sabiendo, de su mano, que en un “Encuentro inesperado” también le diría qué agradable encontrarnos después de tantos años.

Me enteré de su muerte como me enteré de su existencia: por casualidad. Y lo he sentido, porque devoré en muchas noches con la única compañía de una luz suave y un ron en el vaso su último libro, Aquí. Y supe que estaría atenta a su nueva publicación, que no vendrá.

La muerte forma parte de la vida, eso dicen, pero yo, que convivo con esa faceta de la no existencia con bastante escepticismo, quiero lamentar su futuro silencio y cantar sus versos, la “Utopía” del mundo que soñó: las Hipótesis Válidas, la Comprensión, el Valle de la Evidencia, la superficie de la Verdad… Porque no querría vivir en un mundo donde la evidencia me pusiese sobre la mesa las pruebas de una mentira. Porque en el mundo utópico, yo, como ella, valoro la Esencia de las Cosas y eso solo tiene el color de lo diáfano, como la huella en la nieve. Ojalá la "Utopía" llegue algún día a ser realidad, y entonces su poesía será el himno.

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